miércoles, 26 de marzo de 2008

iii. NAVA ESPÍRITU, SERGIO R. “La evaluación: Un concepto”

i. NAVA ESPÍRITU, SERGIO R. “La evaluación: Un concepto”

¿Por qué se debe evaluar?
A pesar de que la enseñanza y el aprendizaje se encuentran estrechamente ligados y forman parte de una misma unidad dentro del aula, podemos distinguir dos procesos evaluables: Cómo aprende el alumno y Cómo enseña el Profesor. Por tanto, tenemos dos sujetos de la evaluación, lo que podríamos denominar una doble dimensión. No obstante, se puede aludir particularmente a alguno de los componentes del proceso de Enseñanza- Aprendizaje, como a todo el proceso.

¿A quién y qué se debe evaluar? Los sujetos y los objetos de evaluación
Es lógico que el sujeto de evaluación es el alumno, y se consideran objeto de la evaluación los aprendizajes. Ahora bien, podemos entender que también habrá que tener en consideración los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales que promueven las capacidades motrices, de equilibrio y de autonomía personal, de relación interpersonal y de inserción social.
1. Evaluación formativa: inicial, regulardora, final e integradora

El objeto de la evaluación deja de centrarse en los resultados obtenidos y se sitúa prioritariamente al proceso de enseñanza-Aprendizaje, tanto del grupo como de cada uno de los alumnos. Por otro lado, el sujeto de evaluación no solo se centra en el alumno, sino también en el equipo docente que interviene en el proceso.
Por lo anterior, la primera necesidad del enséñate es poder responder a las preguntas: ¿Qué saben los alumnos con relación a lo que les quiero enseñar? ¿ Qué experiencias han tenido? ¿Qué son capaces de aprender? ¿Cuáles son sus intereses? ¿Cuáles son sus estilos de aprendizajes?. En este marco la evaluación ya no puede ser estática, sino que se convierte en un proceso y una de las primeras fases del proceso consiste en conocer lo que cada uno de los alumnos sabe, sabe hacer y es, saber hacer o ser, y cómo aprenderlo. La evaluación es un proceso en el que su primera fase se denomina Evaluación Inicial.
El conocimiento de cómo aprende cada alumno a lo largo del proceso de Enseñanza-Aprendizaje, para adaptarse a las nuevas necesidades que se plantean es lo que podemos denominar Evaluación Reguladora. Algunos educadores utilizan el término de evaluación formativa. Pero nosotros usaremos el término de "evaluación reguladora", ya que explica mejor las características de adaptación y adecuación. La finalidad de la evaluación es ser un instrumento educativo que informa y hace una valoración del proceso de aprendizaje que sigue el alumno, con el objetivo de ofrecerle las propuestas educativas más adecuadas. El conjunto de actividades de enseñanza aprendizaje realizadas ha permitido que cada alumno consiguiera los objetivos previstos en un grado determinado.
Los resultados obtenidos se designan con el término evaluación final o evaluación sumativa.
El término "evaluación final" es para hacer referencia a los resultados obtenidos y los conocimientos adquiridos. Así esta evaluación sumativa o integradora, se entiende como un informe global del proceso que, a partir del conocimiento inicial manifiesta la trayectoria que ha seguido el alumno. ¿Por qué evaluar? La mejora de la práctica educativa es el objetivo básico de todo enseñante. Y para mejorar la calidad de la enseñanza hay que conocer y poder valorar la intervención pedagógica del profesorado.
¿Sobre qué hay que informar?

Nuestra obligación profesional consiste en incentivar, animar, y potenciar la autoestima, estimular a aprender cada día más. La información de que disponemos no sólo hace referencia a los conocimientos que ha adquirido, sino también a la dedicación que ha puesto y el progreso que ha alcanzado. En segundo lugar, hay que diferenciar entre lo que representan los resultados obtenidos de acuerdo con los objetivos previstos para cada alumno, según sus posibilidades y lo que dichos resultados representan en relación con los objetivos generales para todo el grupo. En tercer lugar, en el análisis y la valoración de los
aprendizajes es indispensable diferenciar los contenidos que son de naturaleza diferente y no situarlos en un mismo indicador. En cuarto lugar, tenemos que diferenciar entre las demandas de la administración y las necesidades de evaluación que tenemos en la escuela desde nuestra responsabilidad profesional. La respuesta a la pregunta sobre qué hay que informar está claramente condicionada por la función social que atribuimos a la enseñanza y a la concepción que tenemos del aprendizaje.
¿A quiénes hay que informar?
Los posibles interesados en conocer la evaluación de un alumno son: los posibles interesados en conocer la evaluación de un alumno son: los profesores, el propio alumno, sus familiares, la escuela y la administración. Los profesores deben conocer en todo momento qué actividades precisa cada alumno para su formación, que sea una información que permita situar al alumno en relación con sus posibilidades reales.

1 comentario:

PORTAFOLIO VIRTUAL dijo...

Reflexiones
La evaluación pareciera estar muy de moda, pues todo, incluyendo personas, procesos, instituciones, etc. pueden ser objeto de mediciones de distinta naturaleza para comprobar si efectivamente alcanzan ciertos objetivos en un período determinado, utilizando para ello, a veces , sofisticados instrumentos, cuyos resultados serían claros a la hora de tomar decisiones sobre calidad, efectividad, idoneidad, etc., pues el mundo actual impone una serie de requisitos o estándares, a todos quienes lo componemos.

En educación, el concepto de evaluación ha ido evolucionando desde una concepción netamente del producto que se obtiene, es decir, los conocimientos obtenidos por los estudiantes a una valoración en sí del proceso enseñanza- aprendizaje, en donde no sólo es evaluado el alumno, sino también el profesor en su efectividad, preparación y estrategias utilizadas para conseguir los aprendizajes en sus estudiantes.
Quizás la gran diferencia en la forma de evaluar tradicional y la que se propone en los nuevos paradigmas, es que ahora se la considera como un instrumento imprescindible que valora el proceso que sigue el alumno en el acto de aprender y por lo mismo , se caracteriza por ser en primer lugar formativa , es decir , su objetivo es mantener permanentemente informado al alumno de su nivel de avances para que el profesor pueda brindarle las estrategias más adecuadas y logre el aprendizaje requerido.

La idea de una evaluación más justa, más completa, abierta, democrática, humana, participativa es tremendamente interesante, porque como profesores sabemos que los alumnos aprenden bastante más , incluso, de lo que nosotros nos damos cuenta.

Rosita Y Claudia