viernes, 28 de marzo de 2008

Trabajo practico N1


Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación
Programa Magíster En Pedagogía Y Gestión Universitaria
Asignatura: Técnicas y Procedimientos de Evaluación de Aprendizajes
Docente: Isabel B. Martínez Estay.
Estudiante: Claudia Frez Vega
Trabajo práctico Nº1




1- Tomando como referencia los contenidos de la asignatura, las lecturas requeridas del módulo I del dossier y del articulo de Pedro Ahumada (2002), usted preparará un informe académico que contenga:


a) Una definición o concepto de evaluación generado por usted.
b) Una síntesis de ideas referente a principios, modelos, roles de la evaluación en que converjan, de manera coherente, lo comprendido, analizado y relacionado por usted de las lecturas efectuadas.
c) Relatar o describir ejemplos de la práctica evaluativa que vive en su organización.
d) Expresar su juicio de valor ante la necesidad de crear una cultura evaluativa.




Para comenzar quisiera señalar que las concepciones manejadas en relación a la evaluación de los aprendizajes, durante mi paso como estudiante de enseñanza básica, media y universitaria eran muy diferentes a aquellas que manejo en la actualidad. Fue hasta comenzar mis ramos de metodología y de evaluación, donde se me abrieron nuevas ideas, conceptos y paradigmas relacionados con la temática en cuestión, los cuales diferían profundamente con aquellos vividos en mi calidad de estudiante. Creo que por muchos años le atribuí (como estudiante) un concepto cuantitativo a la evaluación, es decir tenía la necesidad de estudiar solo para obtener una alta calificación. Creo que de haber comprendido antes los significados que actualmente le atribuyo o de haber contado con profesores más capacitados en el ámbito de la enseñanza y aprendizaje, mis conocimientos habrían sido mucho más significativos.



Actualmente como profesora de idioma extranjero considero que la evaluación es un proceso que vivo día a día y gracias al cual he podido mejorar enormemente mis prácticas pedagógicas y los aprendizajes de mis estudiantes. Son muchos los aspectos que creo se deben considerar en la enseñanza y el aprendizaje de los estudiantes, como punto de partida considero que la evaluación diagnostica nos permite a los profesores elaborar un panorama de los conocimientos previos que los estudiantes poseen del saber que pretenden aprender, los cuales deberían entrelazarse con los nuevos aprendizajes, como a las distintas estrategias de aprendizaje que habría que desarrollar para lograr este enlace. A continuación señalaré una frase de Ausubel, la cual grafica plenamente lo anteriormente señalado:

“Si tuviese que reducir toda la psicología educativa a un sólo principio, enunciaría éste: El factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto y enséñese en consecuencia”

Otro aspecto de suma importancia es la evaluación de los procesos de enseñanza y aprendizaje, creo que como profesores debemos motivar a nuestros estudiantes en su aprendizaje, hacerles ver que ellos son los principales responsables de su formación y de la construcción de sus saberes y los docentes el medio para que esto se propicié, La auto evaluación y la coevaluación permiten que tanto estudiantes como docentes emitan juicios de valor acerca de su desempeño en este proceso y posteriormente se tomen en conjunto las decisiones más apropiadas para enmendar los posibles “errores” detectados. Personalmente no veo el error como algo que pueda perjudicar al estudiante, más bien lo considero como un aspecto positivo dentro del proceso, gracias a este se toma conciencia y se pueden tomar decisiones más acertadas. Además creo que la evaluación con fines formativos debe realizarse en un ambiente de confianza y de libertad donde el estudiante reconozca la evolución de sus aprendizajes y logre discriminar entre sus errores y aciertos.

Pienso que la evaluación sumativa debe ser considerada de la misma manera, no como un momento aislado del proceso de enseñanza-aprendizaje, donde se les imponga a los estudiantes un sistema de exámenes y calificaciones al que se vean obligados a pasar.

Recuerdo que en mis años como estudiante de pregrado hubo una docente que calificaba todas las clases presénciales con nota de 1 o 7, el simple hecho de asistir a clases significaba un 7 y la inasistencia un 1, a final de semestre había compañeros que llegaron a tener 14 calificaciones 1, ya que con esta imposición tan arbitraria nos sentíamos muy temerosos o poco motivados a ingresar a clases. Por otro lado las evaluaciones de fin de semestre significaban un verdadero martirio, ya que debíamos pasar individualmente frente a un grupo de profesores que evaluaban nuestras competencias orales y escritas en francés, muchos salíamos llorando de la sala de evaluación, algunos profesores nos retaban en plena evaluación lo que nos bloqueaba, esto provocaba también que algunos compañeros no se presentaran a las evaluaciones por miedo o inseguridad. Considero que se necesita promover un deseo espontáneo de aprender, para evitar que frente al las evaluaciones impuestas hayan actitudes de desconcierto, rebeldía, angustia, deserción etc.

En relación a lo anteriormente expuesto, Pedro Ahumada señala lo siguiente:

Un proceso evaluativo que esté fuertemente ligado a la naturaleza del aprender, debería pasar inadvertido por el estudiante, ya que estaría ligado al desarrollo de las distintas actividades o situaciones de aprendizaje que cada profesor ha seleccionado
Ahumada Pedro (2002: 36)

Actualmente y por desgracia muchos docentes de escuelas, liceos y universidades siguen demostrando en sus prácticas evaluativas la vigencia de un modelo centrado en objetivos y la evaluación sigue siendo entendida como un suceso y no como un proceso, un procedimiento que sólo involucra la medición de resultados, en relación con los conocimientos adquiridos por los alumnos, sin tomar en cuenta su proceso de construcción y el nivel de significado.

Como sabemos en la actual reforma educacional, se pretende promover, por medio de un enfoque constructivista, al estudiante como centro del proceso de aprendizaje, esto quiere decir que es este quien deberá construir su propio conocimiento mediante un proceso de descubrimiento, en el cual el profesor deberá ser capaz de desarrollar situaciones y experiencias de aprendizaje significativas, tratando de desarrollar en sus estudiantes, la mayor autonomía posible. Esto implica la concepción de un nuevo paradigma por parte del profesor sobre sus prácticas pedagógicas. Además de poseer completo dominio de su especialidad, el docente debe ser capaz de analizar críticamente sus prácticas pedagógicas (autoevaluación) y conocer la forma en que sus estudiantes se apropian del conocimiento. Las innovaciones que promueve la reforma, apuntan a un cambio desde la perspectiva personal y profesional del docente. Considero que este ultimo es la base primordial en donde se originan los cambios y debe comprender que sus prácticas evaluativas no deben circunscribirse al acto formal de una prueba final de una determinada unidad o actividad, sino a una actividad permanente de reflexión acerca de su desempeño, identificando sus fortalezas y sus debilidades como agente de los aprendizajes de sus estudiantes.
Santos Guerra (1995:32, 38) corrobora el carácter de control y medición que adquiere la evaluación para los principales agentes educativos, al indicar:

“La evaluación educativa es un fenómeno habitualmente circunscrito al aula, referido a los alumnos y limitado al control de los conocimientos adquiridos a través de las pruebas de diverso tipo,( …) en la escuela se evalúa mucho y se cambia poco,(…).la evaluación no produce comprensión del proceso sino sólo medición de resultados”

Pienso que ningún cambio paradigmático es inmediato, siempre hay personas que se demuestran reticentes a innovar y la evaluación no está ajena a esto, lo cual trae dificultades en la puesta en marcha de nuevos procedimientos evaluativos, debido a que los profesores tienen la necesidad de evaluar para calificar (pocos utilizan la evaluación con sentido formativo) sin tomar en consideración los juicios valorativos referidos a conocimientos culturales, actitudes o habilidades. Si bien la evaluación de contenidos factuales y conceptuales es importante, considero que la evaluación de contenidos actitudinales debería ser considerada de igual manera, ya que este componente también forma parte del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Como mencioné al principio estos nuevos paradigmas evaluativos han sido muy útiles para reflexionar acerca de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje que vivo con mis estudiantes. Antes de dar algunos ejemplos reales, debo mencionar que la escuela donde trabajo enseña español a estudiantes de todo el mundo, en su mayoría asiáticos, franceses, portugueses y personas de habla inglesa. Estos estudiantes ya ingresan a la escuela con una gran motivación por aprender español y todo lo relacionado con las culturas hispanas en América. En esta escuela no existe como normativa evaluar a los estudiantes cuantitativamente, cada profesor es libre de actuar según su criterio. Esto realmente ha sido muy provechoso, ya que sin la presión de una nota los estudiantes se sienten más tranquilos. Debo señalar que a muchos les cuesta comprender el sentido formativo de la evaluación y al principio se sienten un tanto “desnudos” al no disponer de cifras que evalúen su rendimiento. A modo de ejemplo en cada clase 10 minutos antes de finalizar reflexionamos acerca de cómo fue la clase vivida, les pregunto a los estudiantes ¿Cómo se sintieron en la clase? Qué aprendieron? Cómo sienten que van encaminando su aprendizaje? Cómo fue mi desempeño? etc.. Esos momentos de reflexión han sido muy útiles para evaluar como se han ido desarrollando los procesos y que decisiones debemos tomar como grupo. Incluso en caso de realizar pruebas, tampoco les otorgo nota, los errores que se presentan se conversan y se buscan estrategias para mejorarlos. Esto ha sido muy significativo ya que los estudiantes han asumido un compromiso bastante serio en su proceso de aprendizaje y yo he reflexionado acerca de mi trabajo como profesora, lo que me ha permitido mejorar como docente.

Quizás mi experiencia laboral resultaría para muchos profesores muy simple si la comparamos con una clase de 45 estudiantes, los cuales se sienten obligados a estudiar y tienen una opinión bastante punitiva de las evaluaciones. Yo siento que los cambios son posibles y lo pude comprobar cuando trabajé en liceos municipales y pude aportar con un pequeño grano de arena a los estudiantes. Considero que es bastante complicado (pero no imposible) intentar reflexionar sobre las nuevas practicas evaluativas con personas que se oponen a los cambios. Creo que la cultura evaluativa que tradicionalmente impera hoy en día es aquella cuyo valor se aprecia en lo mesurable y calculable. Afortunadamente las políticas educativas están revirtiendo esas viejas concepciones, implementando nuevas reformas con enfoques educacionales más renovados. Pero creo que si pretendemos realizar un cambio cultural en lo que se refiere a la evaluación, hay que considerar lo arduo y complejo que reviste el cambio de paradigma por parte de los principales actores del proceso, ya que en la actualidad persisten ciertos modelos tradicionales que están bastante arraigados en los docentes, por lo que aparecen barreras frente a los cambios demandados por el sistema; puesto que los modelos teóricos aprendidos por los profesores, en su proceso de formación, aparecen como estructurantes en la praxis de la enseñanza y el aprendizaje.

Considero que una de las causas de las insuficiencias latentes en los procesos de formación y superación de los profesionales de la educación, pueden encontrarse en la falta de una conciencia plena acerca del alcance de la evaluación de sus funciones y de su aplicación.

Para crear conciencia, creo que se deben crear instancias de conversación, en las cuales los docentes hablen de sus prácticas evaluativas, se desarrollen meta, auto y coevaluaciones del desempeño docente. Pienso que el trabajo realizado durante el primer modulo de clases de técnicas y procedimientos de evaluación de aprendizajes, en el cual discutimos y reflexionamos acerca de nuestras practicas evaluativas fue muy provechoso en este sentido. Así como las lecturas requeridas para realizar este primer trabajo, las cuales me sirvieron para ahondar en las teorías relacionadas con este tópico, ya había tenido la posibilidad de leer el texto de Pedro Ahumada con anterioridad, los otros autores fueron nuevos para mí, al igual que muchos de los autores de la bibliografía complementaria que se ofreció. Este informe me ha sido útil, porque he podido exponer una síntesis de los conceptos de evaluación que han expuesto los teóricos. Además, ha sido interesante poder expresar mis ideas propias en relación al tema y dar a conocer mis prácticas evaluativas en clases. Para terminar quisiera decir que fue muy importante obtener la primera revisión de mi trabajo, conocer cuales fueron mis errores y tener la oportunidad de explicar ideas que estaban mal expresadas y agregar elementos que en primera instancia se me había olvidado considerar, y vuelvo a reiterar que las clases y los trabajos escritos se tornan como elementos muy importantes para desarrollar esta toma de conciencia por parte de nosotros los docentes.





BIBLIOGRAFIA


AUSUBELL, D. NOVAK, j, y HANESIAN,H (1983) “Psicología Educativa. Un punto de vista cognoscitivo”. México: Trillas. Título original: Educational psichology a cognitive view.

AHUMADA ACEVEDO, PEDRO (2001) “Estrategias y Procedimientos Para Una Evaluación Autentica De Los Aprendizajes En La Enseñanza Universitaria”, Universidad Católica de Valparaíso En: Revista Perspectiva Educacional Nº 37-38. PUCV.
http://www.depcuadernos.net/interface/asp/web/leer_articulo.asp?ArticleID=104

MARTÍNEZ ESTAY ,ISABEL B. “Evaluación como mejora: Una Perspectiva de Cambio”

NAVA ESPÍRITU, SERGIO R. “La evaluación: Un concepto”

SANTOS GUERRA MIGUEL ANGEL (1995) “La evaluación: un proceso de diálogo, comprensión y mejora” 2° Edic. Edic. ALJIBE Málaga.

Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación
Programa Magister
Asignatura: Técnicas y Procedimientos de Evaluación
Docente: Isabel Martínez Estay
Estudiante: Rosa I. Hernández Hinojosa.
Trabajo práctico N°:01


TRABAJO DE EVALUACION



La educación principalmente de los jóvenes, hace rato que está en la agenda como prioridad, en muchos países tanto desarrollados como menos desarrollados, pues en la actualidad, las autoridades “parecen comprender” que es necesario promover una serie de modificaciones en las diversas dimensiones de la gestión educacional y con especial énfasis en lo pedagógico y curricular.

Lo anterior, implica un cambio fundamental que requiere trasladar la importancia atribuida habitualmente a la enseñanza, hacia una mayor importancia al aprendizaje de los alumnos y sus procesos para lograrlo. Es por ello, que las nuevas orientaciones educativas ponen el énfasis en el desarrollo de competencias, lo que conlleva también cambios en los procesos de evaluación de estos aprendizajes que posibiliten no sólo la detección de logros, sino que deben constituirse en estrategias para alcanzar nuevos aprendizajes, en quienes participan de los procesos de enseñanza-aprendizaje, principalmente, estudiantes y profesores.

Con la nueva mirada al tema de la educación, la evaluación pasa a ser uno de los elementos centrales en el proceso de enseñanza- aprendizaje y como tal debe entregar señales, tanto a los alumnos como a los profesores de lo que se considera relevante, informando sobre sus avances y dificultades, transformándose en la base esencial para tomar las decisiones correctas y continuar con el proceso primordial, es decir, que los alumnos aprendan.

La evaluación constituye una práctica imprescindible en toda actividad humana planificada, pues el propósito es alcanzar determinados resultados y en relación a éstos, realizar los ajustes necesarios. En el caso de la evaluación pedagógica, los mejores resultados se relacionan con un monitoreo o evaluación constante del quehacer tanto del alumno como del profesor, con el fin de provocar los cambios esperados, esto es, el aprendizaje.

La mayor parte de la discusión sobre temas pedagógicos y las nuevas orientaciones de la evaluación, hasta hace poco se habían centrado más que nada en la educación básica y media, ahora también se extiende a la educación superior con miras a mejorar los procesos de aprendizaje de los futuros profesionales, entendiéndose con esto que la evaluación dentro del proceso de aprender de cualquier estudiante, si no se administra o utiliza bien, puede provocar grandes perjuicios y fracasos que es lo que está ocurriendo y es por ello que los sistemas de educación están en una revisión de sus fundamentos.

Tradicionalmente se ha utilizado y se utiliza la evaluación como un fin, una categorización, un control, una calificación que indicaría si el estudiante domina o no determinados contenidos, utilizando para ello, en general, instrumentos que se denominan objetivos, es decir, aquéllos en que el estudiante sólo debe seleccionar una alternativa para completar una pregunta o problema y dependiendo de la cantidad de aciertos, se concluye si aprueba o no.

Hasta hace un tiempo atrás, estos métodos tradicionales de evaluación, es decir, aquéllos que se centran sólo en el producto, de acuerdo a los objetivos planteados , se consideraron como las formas más aceptables para tomar decisiones en el plano educativo, pero las importantes transformaciones que ha experimentado el campo del conocimiento, la tecnología y el modo de ser persona hoy, demuestran que son insuficientes, pues abordan sólo una mínima parte de lo que en la actualidad se concibe como aprendizaje.

Los avances en el campo de la ciencias humanas y el interés que despierta en los estudiosos el individuo, la persona dentro de la sociedad , han permitido una serie de nuevas orientaciones pedagógicas que ponen de manifiesto el desarrollo sicológico del individuo y sus procesos de interacción con el medio y sus aprendizajes. En la nueva perspectiva, la evaluación se concibe como el eje central del aprendizaje, pues se evalúa para que el alumno reflexione sobre las causas de sus posibles errores y sea capaz de enmendarlos, es decir, el objetivo es suministrar información pertinente y oportuna cada vez que sea necesario para reorientar al estudiante y se logren avances significativos en los aprendizajes, constituyendo esto, la posibilidad de una evaluación para el aprendizaje.

De estos nuevos paradigmas que se relacionan con los procesos internos que se producen cuando se aprende, entendiendo que el aprendizaje es un continuo en la vida de las personas, es conveniente favorecer prácticas de evaluación que permitan evidenciar cómo y en qué condiciones la propia actividad que realiza el alumno, le permite desarrollar su propio aprendizaje, es decir, darse cuenta de los cambios que se están gestando en él. A este enfoque pedagógico se le denomina constructivismo, que postula que con la guía del profesor, el estudiante va construyendo, creando, desarrollando sus propios saberes.

Llevar a la práctica esta tendencia en educación, el constructivismo, no ha sido fácil en nuestro país, pues la mayoría de los profesores fuimos y son formados todavía bajo una óptica cognitiva, además los sistemas educativos están diseñados para funcionar en ese contexto, pero por lo menos la discusión se ha instalado, aunque falta eso sí, la renovación de una gran cantidad de factores de todo tipo, para que la educación se modernice.

Es importante reconocer también que estas nuevas orientaciones pedagógicas, aún se encuentran sólo en los libros, en los artículos, en el discurso y aún no logran llegar a las aulas por las razones descritas anteriormente. En este nuevo enfoque, es importante destacar algunas características que dan cuenta de los cambios que es necesario implementar, principalmente en el tema de la evaluación :

A) El rol tradicional que ha tenido el profesor cambia, pues en la nueva concepción es un experto y guía no sólo en su materia, sino que en las metodologías necesarias para facilitar el aprendizaje en sus alumnos. Alumno y profesor trabajan en equipo con una fluida comunicación que debe dar cuenta acerca de cómo marcha el proceso.
B) El énfasis está puesto en los procesos internos de cada individuo, en la actividad que realiza el alumno para apropiarse, procesar y realizar las conecciones para lograr aprender y enriquecer su mundo. Se transfiere al alumno su parte de responsabilidad en el importante proceso de su propio aprendizaje.
C) La evaluación es de procesos, es decir, interesa detectar los pasos, relaciones y reflexiones que se producen en el estudiante cuando está aprendiendo y que permiten que tanto él como el profesor, tomen las medidas que correspondan, de ser necesario.

Interesa además, la evaluación inicial o diagnóstica que permite conocer lo que el alumno domina previamente para lograr el enlace con los otros aprendizajes; la formativa para detectar cualquier posible desvío o para constatar que todo marcha bien y la sumativa que estaría marcando el paso de una etapa a otra lograda por el alumno. Es importante reiterar que el nuevo concepto de evaluación se caracteriza por ser también una estrategia, una ayuda para que se cumpla el fin fundamental de la educación: que el alumno aprenda.

Junto a lo anterior, es importante destacar que una evaluación auténtica además es continua durante todo el proceso de aprendizaje y por ello, adquiere vital importancia la coevaluación y la autoevaluación, como parte de la toma de responsabilidades que es imprescindible que asuman los estudiantes durante su propia educación.

Creo que muchos profesores nos esforzamos clase a clase por mejorar nuestras prácticas pedagógicas; intentamos introducir procedimientos más modernos, tanto en las estrategias de la clase en sí, como en las diferentes formas de utilizar la evaluación para ser más justos y motivar un aprendizaje efectivo de los estudiantes, sin embargo, nuestros buenos propósitos no son suficientes, se necesita mucho más que buena voluntad, pues a veces por un exceso de entusiasmo con estas novedades pedagógicas de las cuales muchos hablan y se creen expertos, se cae en errores a veces tan difíciles de superar en el delicado ámbito de la educación de los jóvenes.

En cuanto a lo anterior y por mi experiencia como profesora, hace bastante tiempo noto que los docentes están abiertos a los cambios efectivos, reales, lógicos humanamente posibles de concretar, pero somos reacios y con razón a aceptar un montón de transformaciones que se relacionan con una carga de trabajo excesiva y poco práctica para llevar a cabo en nuestra realidad como país, porque muy interesante es, por ejemplo, el pensar en una evaluación individual, en un seguir paso a paso el desarrollo del aprendizaje de cada alumno, pero hay que recordar que aquí en Chile, los profesores atendemos a muchos alumnos durante nuestras jornadas laborales.

Entonces, qué hacemos los profesores: trabajar para los grupos y me consta, realizar una labor digna. Por otra parte, estos nuevos paradigmas tan en boga ¿dónde y quiénes los llevan a la práctica?

He tenido la oportunidad de asistir a varios perfeccionamientos, incluso este magister donde la temática del constructivismo y las nuevas ideas pedagógicas han estado siempre presentes como teoría, pero las clases y la evaluación se han llevado a cabo como tradicionalmente se han hecho siempre.

Todos los que trabajamos en educación tenemos la certeza de que no podemos seguir realizando nuestro trabajo como se hacía años atrás, porque quienes se educan hoy, han experimentado una especie de gran transformación y por ello los parámetros de antaño de poco sirven y, sin lugar a dudas, la preocupación por volver la mirada y valorar los procesos internos e individuales en el arte de enseñar y aprender, son los primeros pasos esenciales para enfrentar los nuevos tiempos.

En cuanto a la práctica evaluativa que realizo, puedo comentar que intento ser lo más justa posible con los alumnos, brindándoles oportunidades para que mejoren en sus aprendizajes. Siempre parto con una evaluación diagnóstica, cuyos resultados son revisados con el grupo ; luego, en forma constante me preocupo por los avances de los alumnos, y concluyo con evaluaciones sumativas. Utilizo varios tipos de instrumentos: exposiciones, representaciones teatrales, creación de libretos, pruebas con alternativas, elaboración de informes escritos sobre alguna materia, afiches sobre algún tema, interrogaciones orales, controles escritos, creación literaria, diarios murales, creación de audiovisuales, trabajos en grupos, en parejas e individuales, coevaluación, autoevaluación. Mi idea y como mi asignatura lo permite, debido a la variedad de contenidos de los programas de estudio, es tratar de cubrir y desarrollar en los alumnos distintas posibilidades de expresión y comunicación. Generalmente pongo muchas notas, pero mi convicción es que se deben evaluar las distintas áreas del aprendizaje de los alumnos y creo que esta dinámica da resultados.

Para finalizar este trabajo, puedo decir que fue muy provechoso el realizarlo, porque me permitió revisar una serie de conceptos un tanto olvidados y además actualizar detalles acerca de estas nuevas propuestas evaluativas que considero beneficiarán a los estudiantes que es lo que en definitiva queremos los profesores.






BIBLIOGRAFIA

AHUMADA A., PEDRO ( 2001) Estrategias para la incorporación de una evaluación auténtica de los aprendizajes en la enseñanza universitaria En: Revista Perspectiva Educacional N°37 – 38. PUCV. http://www.depcuadernos.net/interface/asp/web/leer articulo.asp?ArticleID=104

MARTINEZ E., ISABEL : Evaluación como mejora: Una perspectiva de cambio. Asignatura: Técnicas y procedimientos de Evaluación de Aprendizaje. Programa Magister en Educación. UMCE.

NAVA E., SERGIO : La evaluación: un concepto. Asignatura: Técnicas y Procedimientos de Evaluación de Aprendizaje. Programa Magister en Educación. UMCE.

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